martes, 7 de junio de 2011

La conversación


Una mañana de un frío y húmedo mes de enero.
MD.- ¿Es usted el director?
DA.- Sí, pase. Usted dirá.
MD.- ¿Seguro que es usted el director?
DA.- Bueno, yo ya no estoy seguro de muchas cosas, señora, pero al día de hoy puedo afirmar que, efectivamente, soy el director.
MD.- Es que me habían hablado de usted y no se parece en nada a lo que me habían contado.
DA.- ¿En nada?
MD.- Lo miro y lo oigo y no, en nada, por eso le he preguntado.
DA.- Pues a mí me da miedo imaginar lo que le han podido contar.
MD.-Lo primero de todo que es usted muy buena persona, de verdad.
DA.- Entonces eso significa que se ha encontrado usted con todo lo contrario.
MD.- ¡Por Dios! No digas eso, hijo. ¿Te puedo tutear? Como te veo tan joven.
DA.- ¿Esperaba a alguien de mayor edad?
MD.- Pues sí, para qué te voy a mentir. Y más rellenito. Hay que ver cómo es la gente. Es que le pregunté a mi cuñada, que tiene a sus dos niñas aquí. Me dijo que viniera a hablar contigo, que tú recibías a todo el mundo aunque no tuviera cita. Vamos, me dijo: es una persona estupenda, uno de esos hombres mayores y regordetes. ¿Sabes? Yo siempre he pensado que la gente gorda es más buena que la que está en los huesos porque estos, de no comer, están amargados. Aunque tú, delgado, delgado, tampoco se puede decir que estés, ¿eh? Estás normal, que es como se tiene que estar.
DA.- Muchas gracias, pero creo recordar que también mencionó algo de que al escucharme…
MD.- Pero tutéame. Las formalidades hacen que todo sea más difícil.
DA.- Si no le importa, prefiero seguir llamándola de usted. Lo tengo como norma cuando hablo con una persona que no conozco, incluso con los padres de mis alumnos, aunque los haya tratado durante algún tiempo.
MD.- Como quieras. Tú, como más cómodo te encuentres.
DA.- Gracias. Si le parece, podemos pasar a ver qué le trae por aquí.
MD.- Mira, no me voy a andar con rodeos. Me tienes que meter a mi niño en tu instituto. Está pasando un calvario, el chiquillo. Lo tengo en ese colegio que está en la rotonda de San Isidro, en esa donde han inaugurado el monumento al santo. ¿Has visto lo bonita que se ha quedado la rotonda con la escultura de bronce? Por fin una rotonda sin fuente. Es que yo lo de las fuentes lo veo muy repetitivo. Y la de agua que se gasta..se lo digo yo a mi cuñada, ¿no nos machacan con lo del ahorro de las energías? Pues que se dé ejemplo. A mí me da igual que el alcalde sea de un color o de otro porque en todos lados cuecen habas, pero lo de este alcalde con las fuentes es obsesión. Parece que se hubiera criado en el desierto del Sahara.
DA.- Mire señora, me parece muy bien su opinión sobre la cantidad de fuentes que hay en esta ciudad, incluso puedo compartirla, pero me gustaría hacerle un par de observaciones. En...
MD.- Dime, dime. Tú al grano, pero me tienes que ayudar porque esto es muy duro.
DA.- Disculpe. Déjeme continuar, por favor. En primer lugar quiero explicarle que éste no es mi instituto, sino que pertenece a la Consejería de Educación. Por tanto, es un centro público que costean los impuestos que todos pagamos. Y en segundo lugar, le rogaría que se centrase en lo que ha venido a solicitar y con gusto la escucharé.
MD.- Pues lo que te decía. Mi niño no es un ángel, pero es que me lo están echando a perder. Me ha traído siete suspensos en Navidad, mira qué regalo de reyes. Muy inteligente no ha salido, qué me vas a decir a mí, que soy su madre, pero yo me pregunto ¿los que no son listos no tienen derecho a estudiar? Allí se ha juntado con lo peor, con la chusma, porque tiene esa querencia. En eso le sale a un hermano de mi marido, al más pequeño, que además era igual que mi suegro. Ya ves, las herencias que nos dejan, en vez de dejarnos dinero. En fin, a lo que iba. A mi Juan Gabriel le hace falta un cambio. Dejar de tratar con los gamberros con los que juega en los recreos y buscar buenas compañías. A mí me han dicho que aquí hay muy buenos maestros, de los que se preocupan de verdad por los alumnos. Y dicen que los chiquillos que tenéis son buenos también. Y yo lo he comprobado. Me ha bastado con ver las notas de mis sobrinas, las de mi cuñada. Si tú las tienes que conocer. Dos gemelas con el pelo moreno, con los ojos muy grandes, que siempre van con el pelo recogido con un cintillo del mismo color.
DA.- Ahora mismo no caigo, la verdad.
MD.- Que sí, hombre. Muy monas, las niñas. Pero claro, con la de chavaleo que tienes, sería imposible que conocieras a todos. Aunque gemelas no tendrás muchas, ¿no? A lo que iba, que se me va el santo al cielo y tú tendrás otras cosas que hacer.
DA.- No lo sabe usted bien.
MD.- Pero tutéame, hijo. Si somos personas corrientes. A mí es que la gente estirada me echa para atrás. Pues eso, a mi Juanga le iría mejor en esta escuela. Y mi cuñada me ha dicho que, estudiando el mismo curso que sus niñas, podían estar hasta en la misma clase. Las niñas me han dicho que hay dos bancos libres.
DA.- Bancos no tenemos, sillas y mesas todas las que quiera.
MD.- Qué razón tienes. Los bancos son de nuestra época, ¿verdad? Qué antigua está una. Bueno, dime que me puedo traer al niño. No sabes lo aliviada que me iba a quedar.
DA.- Pues no puedo decírselo, lo siento.
MD.- Y ¿eso? ¡Ay qué disgusto!
DA.- Mire, lo que intento explicarle es que a partir del segundo trimestre es la Delegación provincial la que decide. Si inspección considera que su hijo debe estudiar en este centro, entonces es sólo cuestión de hacer un traslado de matrícula.
MD.- O sea, que no eres tú quien manda en esto. Pero, hombre, ¿por qué no lo has dicho antes? Con todo lo que tengo que hacer esta mañana. Y, ¿dónde tengo que ir? ¿Esa inspección dónde está? Mira, déjalo. Ya le pregunto yo a mi cuñada. Es que me he dejado el cocido puesto y lo mismo, cuando llegue, me encuentro sin caldo alguno. Gracias, ¿eh? ¡Ah! Y no se te olvide ponerlo con mis sobrinas, las gemelas, ¿vale? Porque a mí la inspección esa me mete a mi niño en este colegio de la forma que sea. Adiós. Ya vendré cuando traiga a mi Juanga, que quiero que lo conozcas. Y no te quedes en las apariencias. Es que la gente cuando ve a un chaval con el cordón de oro, los zarcillos y algún tatuaje, se piensan que es un cani. ¡Qué pena! Lo dicho, te veo pronto.

MD: Madre Decidida
DA: Director Asombrado (que no da crédito a lo que ve y lo que escucha)




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